¿Le doy una segunda oportunidad?

Ayer una amiga mia me dijo que ella atraía siempre al mismo tipo de hombre: el patán que al inicio era el hombre más dulce del mundo, al siguiente no la quiere ver y la trata mal. Pasadas tres semanas de no tener noticias suyas, reaparece con un mar de promesas y palabras empalagosas. Dos meses después se casa con otra y seis meses más tarde, la busca de nuevo...

Adoro a esta chica: es bonita, dulce, inteligente, divertida, atractiva... realmente no hay razón para que la traten de esta manera, sin embargo es un verdadero imán para este tipo de chicos. ¿Qué es lo que hace mal?

Muy sencillo: da segundas oportunidades. Y terceras, cuartas, quintas, sextas, vigesimo terceras...

Todos cometemos errores y sí, podemos cambiar nuestras actitudes y estar dispuestos a intentar de nuevo. No hay razón para no perdonar un pequeño error humano, todos tenemos malos días (siempre y cuando, no sea todos los días). Pero hay ciertos límites, cosas que no debemos dejar pasar nunca. NUNCA.

No vuelvas a ver jamás a quien te golpea, engaña o te insulta (no se justifica, por más enojado que un hombre esté, no permitas que te lastime). Es duro decirlo, pero si te es infiel o te golpea una vez, es muy probable que lo haga de nuevo.

Cuando diga algo que te ofenda, deja claro que no te gusta esa actitud y da por terminada la cita. Puedes aceptar una disculpa sincera más tarde, dependiendo de lo que te haya dicho, pero explicando que esperas que no se repita de nuevo porque no lo aceptarás. Si vuelve a ocurrir en un periodo corto de tiempo, no des una tercera oportunidad, sin importar cuanto te guste.

Siempre al inicio de una relación hay que dejar muy claro que no estamos dispuestas a soportar malos tratos porque es cuando los roles comienzan a establecerse. Si las cosas empiezan mal, terminan mal. Nunca es demasiado temprano para darnos a respetar. Es mejor corregir un comportamiento una vez al principio que soportarlo muchas veces en el futuro. Aún si es posible corregirlo más tarde, será mucho más difícil si lo has permitido anteriormente.

En conclusión, si se trata de un comportamiento que te molesta o duele, pero aún es aceptable (definitivamente olvídalo si te engañó o golpeó), da una segunda oportunidad después de hablar firmemente. Ten muchísimo cuidado en dar terceras oportunidades, no son recomendables (si lo llegas a hacer, nunca las des de inmediato, tomate un buen tiempo y deja que se esfuerce bastante). Pero jamás des una cuarta oportunidad y mucho menos una quinta, aún si eres masoquista...